Temas puntuales dominan la escena ciudadana en 25 de Mayo, ligados a aspectos políticos de estrategias contables en momentos de una previsible desaceleración de la economía nacional.
Las acreditaciones de la coparticipación provincial son menores a las proyectadas, algo que se le advirtió a las gestiones municipales ganadoras en las elecciones del 2011 ya que se vislumbraba esta menor actividad económica.
Solo la recaudación impositiva servirá de gran sustento para buscar acercarse a los presupuestos comprometidos, pero el consumo está en un tobogán por la falta de inversión genuina en los procesos productivos.
Esa falta de inversión hace estragos en otros dos frentes vulnerables, esos que políticamente sirven si el resultado es óptimo.
Por un lado está la falta de mayores obras de infraestructuras para evitar problemas como con las inundaciones en zonas cercanas a la Laguna Mulitas. Las copiosas lluvias no se pueden evitar, pero sí se deberían mitigar sus consecuencias.
En el otro punto se ubican las interminables ausencias de pagos para la prosecución de la importante ruta 40 que en algún momento dado se espera que una la cabecera del partido con el paraje Martín Berraondo, esa conexión clave hacia el norte veinticinqueño.
Las partidas del gobierno nacional se atrasan y las empresas concesionarias afrontan el desplante entre decidir por despidos de personal y/o la paralización de obras.
En notas previas hemos advertido del indiscutible reajuste al que deberá someterse la gestión de la intendente Victoria Borrego, porque la actual coyuntura induce a que el cúmulo de presiones financieras seguirá en aumento al corto plazo.
Las acreditaciones de la coparticipación provincial son menores a las proyectadas, algo que se le advirtió a las gestiones municipales ganadoras en las elecciones del 2011 ya que se vislumbraba esta menor actividad económica.
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| Obrador de ruta 40 |
Esa falta de inversión hace estragos en otros dos frentes vulnerables, esos que políticamente sirven si el resultado es óptimo.
Por un lado está la falta de mayores obras de infraestructuras para evitar problemas como con las inundaciones en zonas cercanas a la Laguna Mulitas. Las copiosas lluvias no se pueden evitar, pero sí se deberían mitigar sus consecuencias.
En el otro punto se ubican las interminables ausencias de pagos para la prosecución de la importante ruta 40 que en algún momento dado se espera que una la cabecera del partido con el paraje Martín Berraondo, esa conexión clave hacia el norte veinticinqueño.
Las partidas del gobierno nacional se atrasan y las empresas concesionarias afrontan el desplante entre decidir por despidos de personal y/o la paralización de obras.
En notas previas hemos advertido del indiscutible reajuste al que deberá someterse la gestión de la intendente Victoria Borrego, porque la actual coyuntura induce a que el cúmulo de presiones financieras seguirá en aumento al corto plazo.
