La intendente Victoria Borrego termina de apuntarse un logro político impensado para el actual momento veinticinqueño, al conseguir un masivo aumento en tasas municipales de entre el 100 y el 150 por ciento.
Hay rubros que superan estos niveles, con el argumento del arrastre inflacionario real de los últimos años.
Resultó llamativo el apoyo generalizado de los concejales, propios y opositores, en lo que se transformó un aparente duro escollo de sortear.
El impuestazo abarca a todos los contribuyentes del partido, tanto rurales como de centros poblacionales, porque incluye servicios públicos generales, hasta uno ligado a la futura limpieza de la Laguna Mulitas.
Llama la atención el momento elegido para la votación en el Concejo Deliberante, cuando hay campos anegados por las inundaciones y existen falencias en el mantenimiento de espacios callejeros.
Como en línea directa, la presión fiscal del gobierno nacional se trasladó al plano bonaerense y ahora a los bolsillos de los contribuyentes de 25 de Mayo.
Era previsible la urgencia económica de la municipalidad por la desaceleración de la economía argentina, pero resultan mucho más preocupantes los niveles de morosidad en el pago de tasas, que por lógica ahora aumentarán.
Existía un compromiso para que con el incremento de estas tasas se logre avalar una generalizada subida de salarios para empleados públicos locales, por lo que hasta minutos antes de la última sesión legislativa hubo gestiones sindicales para alinear votos.
El ámbito político quedó movilizado con las secuelas de la nueva realidad impositiva, con llamadas cruzadas y críticas encubiertas, aunque frente a la sociedad pareciera que son pocos los que se animan a las críticas.
Hay rubros que superan estos niveles, con el argumento del arrastre inflacionario real de los últimos años.
Resultó llamativo el apoyo generalizado de los concejales, propios y opositores, en lo que se transformó un aparente duro escollo de sortear.
Llama la atención el momento elegido para la votación en el Concejo Deliberante, cuando hay campos anegados por las inundaciones y existen falencias en el mantenimiento de espacios callejeros.
Como en línea directa, la presión fiscal del gobierno nacional se trasladó al plano bonaerense y ahora a los bolsillos de los contribuyentes de 25 de Mayo.
Era previsible la urgencia económica de la municipalidad por la desaceleración de la economía argentina, pero resultan mucho más preocupantes los niveles de morosidad en el pago de tasas, que por lógica ahora aumentarán.
Existía un compromiso para que con el incremento de estas tasas se logre avalar una generalizada subida de salarios para empleados públicos locales, por lo que hasta minutos antes de la última sesión legislativa hubo gestiones sindicales para alinear votos.
El ámbito político quedó movilizado con las secuelas de la nueva realidad impositiva, con llamadas cruzadas y críticas encubiertas, aunque frente a la sociedad pareciera que son pocos los que se animan a las críticas.
