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Devaluación

Política / Economía

Los argentinos soportamos una nueva e histórica devaluación del peso, perdemos mayor poder adquisitivo, la inflación socava profundos cimientos y los precios se disparan desbocados.

Lamentablemente, historia repetida por décadas, independientemente del gobierno de turno.

Frente a esto, algunos políticos se molestan si se los tilda de “hipócritas”, cuando con sus propias decisiones no soportan ningún archivo.

El peso argentino registró este jueves 23 de enero su mayor caída frente al dólar en casi 12 años al perder un 11 por ciento debido a las dudas sobre la economía y la falta de divisas, mientras que el gobierno aseguró que no está induciendo una devaluación que amenaza con acelerar la alta inflación.

La moneda local cerró a un promedio de 8,0 pesos por dólar en el mercado interbancario tras llegar a derrumbarse de manera intradiaria a 8,30 unidades. La caída diaria fue la peor desde mediados del 2002 luego de que el país abandonara un sistema de tipo de cambio fijo que rigió una década por una fuerte crisis financiera.

El peso acumula una devaluación del 18,5 por ciento desde inicio del año, lo que según analistas provocará presiones sobre los precios al consumidor que llevarán la inflación anual bien por encima del 30 por ciento.

El gobierno aseguró que no está provocando la devaluación, luego de que el miércoles la moneda perdió un 3,3 por ciento.

El Banco Central ha intervenido por años diariamente en el mercado para evitar bruscos movimientos de la moneda local. Los exportadores están liquidando divisas a cuentagotas especulando con una mayor depreciación de la moneda.

Las reservas del Banco Central cayeron más de un 30 por ciento desde inicios de enero por sus transferencias de recursos al Tesoro para que honre su deuda en divisas, y sus constantes inyecciones de dólares para mantener el funcionamiento la economía y frenar la devaluación del peso.

La tercera economía latinoamericana está sufriendo por la escasez de dólares debido a la debilidad de sus exportaciones, un pobre nivel de inversión externa por la desconfianza en su economía y la falta de acceso a los mercados de crédito internacional desde su enorme cesación de pagos del 2002.

El superávit comercial del país se hundió un 67 por ciento interanual en diciembre a 272 millones de dólares. En todo el 2013 retrocedió un 27 por ciento.

El jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, dijo a periodistas que la caída de la moneda local se debe a las fuerzas de la oferta y la demanda.

El mercado es regulado por el gobierno a través de un estricto control de cambios que impuso a fines del 2011 para frenar una fuga de capitales. Las empresas autorizadas para adquirir divisas en la plaza, mayormente para operaciones de comercio exterior, deben contar con permiso de la agencia impositiva estatal.

En cambio, los ahorristas e inversores que quieran protegerse de la alta inflación en el país deben adquirir divisas en el mercado negro, donde el peso vale un 70 por ciento menos. En el circuito paralelo, el peso cayó un 7,2 por ciento a 13,10 unidades por dólar este jueves, acumulando un retroceso del 23,4 por ciento en el año.

Luego de mantenerlo artificialmente fuerte por años, el gobierno argentino ha acelerado desde mediados del año pasado la depreciación de la moneda local para mejorar la golpeada competitividad de las exportaciones por la inflación.